filosofía a la altura de todos I

Para conseguir hacer una teoría filosófica algo decente –claro que en los tiempos que corren, hoy en día qué lo es- únicamente basta con doscientos gramos de azúcar, ciento veinte gramos de mantequilla, trescientos gramos de harina, un huevo y un sobre de levadura.

Me permito perder el tiempo así porque sólo se necesita creer que se puede cambiar el mundo, o más bien tú mundo, a través de tu propio punto de vista –también estaría bien empatizar con la gente que te rodea… más que nada por si quieres que tus ideas se conozcan-. Claro que en el caso de un hombre es difícil lograr empatizar con todo el mundo –especialmente con una mujer-, porque aún intentando ponernos en su lugar mantenemos nuestro punto de vista varonil, es decir, el pene.

Creo que un ejemplo aclarará la situación, y que mejor que la frase dicha y/o –menos común- pensada alguna vez por un hombre: “si yo fuera una mujer sería una zorra”. Porque los hombres pensamos que a las mujeres os gusta follar más que a los hombres… pero que eso ellas no lo saben.

Volviendo al tema central, intentando retomar –o más bien empezar- una conversación más o menos seria. Teniendo la actitud, lo siguiente es echar un vistazo a las teorías filosóficas previas a que a ti te haya dado por pensar más de la cuenta y que tan bien se “sintetizan” en Bachillerato.

Visto que se han tirado alrededor de tres mil años de lógica a la basura y que todas las teorías no son más que patochadas a los ojos de el intelecto del siglo XXI, como individuo al margen de esta generación primeriza y llena de esperanza por el siglo en el que entramos –claro que pensaban igual a comienzos del siglo pasado y mira lo que pasó-, lo mejor es hacer borrón y cuenta nueva, previa acomodación de algunos conceptos filosóficos a nuestro tiempo.

Haciendo un pequeño repaso todo se verá mucho más transparente –y para los más rezagados espero que se quede en algo translúcido-.

Empezaré por la cuna del pensamiento occidental, la Grecia Clásica, donde bastante hacían los pobres pensando con el vecindario que les había tocado. En primer lugar tenemos a los Presocráticos que lo hicieron lo mejor que pudieron con los medios de los que disponían… se les debe un serio respeto ya que son los pioneros que cimentaron las bases de nuestro pensamiento –lástima que el edificio conseguido sea peor que uno de protección oficial-. Luego contamos con Sócrates que sería algo así como la cumbre del pensamiento anterior a él. En cuanto a su discípulo, Arístocles –más conocido como Platón-, a este proyecto de ser humano le reservo un rincón especial en el paredón. Y, haciendo una mención especial, tenemos a Aristóteles que para lo seco que fue escribiendo hizo bien en dedicarse a la ciencia y dejar los temas filosóficos para el final.

Tras varios siglos de conquistas, ríos de sangre, orgías, banquetes, odio y conspiraciones –es decir, Roma- donde la filosofía fue un mero instrumento para intentar explicar de una manera razonable la utilización que le daban a sus más puros y banales instintos animales, llegamos a la Edad Media.

Se podría decir que de los siglos V al XV el pensamiento racional –y digo bien racional- se tomó una vacaciones, así que hay que conformarse con las teorías –si se pueden llamar así- de quien, como todo los veranos, viene a sustituir al fijo de la empresa… cortesía de las ETTs. En este caso hubo que conformarse con el Cristianismo, quien parece haberse autocolocarse fijo y sigue diciendo los mismos sinsentidos que cuando entró a trabajar, y sólo en estos últimos años nos damos cuenta de que hay que posjubilar a alguien –me parece un buen símil decir que como Fraga en el PP-.

EL CABALLERO OSCURO

Reparto: Christian Bale (El truco final: El prestigio, El nuevo mundo), Gary Oldman (Bosque de sombras, El quinto elemento), Michael Caine (Las normas de la casa de la sidra, La huella), Heath Ledger (Brokeback mountain: En terreno vedado, Casanova).
Director: Christofer Nolan (El truco final: El prestigio, Memento).
Sinopsis: Quien quiere llegar a ser y en quien acaba convirtiendose el desmerezido héroe de una ciudad en descadencia.

Las vueltas que da la vida, pasando desde los orígenes, a no poder vivir sin el murciélago y a terminar siendo el enemigo número 1 de Gothan City. Bienvenidos a un mundo de engaños, mentiras y traiciones... en Gothan ya nada es lo que parece -salvo la magnífica actuación de Heath Ledger que no me cansaré de repetir.
Ahora toca la parte donde comienzo la parrafada con algunos tecnicismos, pero antes de eso me gustaria denunciar un crimen que merece el mayor de los castigos -y quienes hayan visto la película me entenderan- porque le permiten a Christian Bale (Bruce Wayne) destrozar un Lamborguini Diablo que aún estaba reluciente.
Lo primero sería comenzar por el reparto, con la línea favorable de Michail Caine de pequeños comentarios que alegran la sesión, la incertidumbre moral que se personifica en Christian Bale, la carcajada mortal de Heath Ledger y un impresionante Joker en acción -después de verlo en acción creedme... como mínimo la nominación se la merece; el problema viene con la nueva Reychel -que a mi me parece la hermana fea de Kate Holmes-, aún así, su papel está en la línea de la película -entre aceptable y sobresaliente-.
Los efectos especiales no decepcionan en ningún momento y las escenas de acción son de un veracidad creible. Además los nuevos juguetitos de Batman son bastante interesante... una lástima que no los incluyan en los disfraces.
Para variar me voy a revolcar en la redundancia haciendo incapie en el extraordinario papel de un demente psicópata con despiadadas y sanginarias ideas -una joya vamos- que encarna Heath Ledger. Un papel de esas magnitudes y llevado a cabo con un brillantez mórdiba es díficil de conseguir... y aquellos que conozcan el inframundo del espectáculo estarán de acuerdo conmigo. ¿Por qué los mejores papeles son de personajes oscuros?. Lo que si está claro es que grandes papeles se quedan y grandes papeles se han perdido para un actor que había asombrado como cowboy homosexual, como casanova y ahora como genial psicokiller... desde aquí mi más sincera enhorabuena.
Aún que, quizás, al margen de un papel tan bien conseguido está la pregunta de: ¿Si Heath Ledger no se hubiera suicidado daríamos tanto bombo a su interpretación? -déjolo caer en un incierto mar de dudar.
Por último, recomiendo encarecidamente ir a verla al cine -a no ser que tengas una pantalla de mas de 50 pulgadas o mayor, en ese caso la puedes ver en casa- ya que merece la pena gastarse el dinero de la entrada, porque parece ser de las pocas películas medianamente decentes que se pueden ir a ver hasta este verano. Luego ya se puede descargar vía internet para disfrutarla y buscaar algún que otro fallo.

Valoración: 4 stars

críticas constructivas I

El siglo XXI comenzó entre tinieblas para las dos religiones con mayor número de súbditos en todos sus dogmas. Las presiones políticas hacían, y aún hoy día hacen, estragos en los países de fe musulmana. En cuanto a los cristianos devotos del Vaticano, se bañaron en un mar de lágrimas ante la muerte de uno de los que -según los más optimistas- fue uno de los mejores Papas que ha tenido la Iglesia en toda su Historia, a parte del más longevo en su cargo, como los mayores de treinta podrán corroborar.

Aún con todos estos problemas al comienzo de este nuevo siglo, lo que voy a hacer es recapitular, mirar al pasado de una forma crítica -como le gusta a la Iglesia, ¿verdad?- e indagar en busca de lo que todos sabemos y nadie se atreve a decir -la vox populi ha muerto-.

Lo que no pienso hacer en estas líneas es ponerme a despotricar contra la Iglesia, ya que si esto se conociese a gran escala -ver por una vez el lado bueno de las cosas no está tan mal- las "grandes voces" de la religión católica, apostólica y romana podrían pensarse mi excomunión -que por cierto ya tarda-, como ya hicieron con autores predecesores a mi época… -con el miedo que da eso, todos temblamos ante la divinidad terrenal de sus castigos-; únicamente tengo intención de explicar las razones que me hacen pensar y cuestionar la religión en la que he sido criado y en la que vivo rodeado a diario.

Las críticas, ya sean positivas o negativas, tienen que servir para mejorar y para progresar; no para mandar a filósofos y científicos a la hoguera... Una crítica hacia algo establecido no tiene porque significar el fin de una creencia firmemente arraigada -además, si tan arraigada esta en la servidumbre popular una opinión no tiene porque variar ni un ápice lo que piense la gente... porque la gente es capaz de pensar por sí misma, ¿no?-, sino el comienzo para mejorar, porque si la fe católica se considera una religión del pueblo y para el pueblo deberían empezar a acercase a todos los fieles desde las altas esferas; porque aunque en mi opinión la Iglesia católica no sea más que una tiranía vestida de opulencia y regida por generaciones y generaciones de ultra conservadores -en muchos casos de forma despótica y dictatorial-, no creo que aislarse en una burbuja de supuesto misticismo y religiosidad con bandera propia sea lo más apropiado para los tiempo de crisis que está sufriendo la religión que más adeptos posee -mejor dicho poseía- en el mundo conocido. No hay que olvidar que tienen, tanto para bien como para mal, el control de millones de personas que confían ciegamente en una sola.

Y para mí, un simple librepensador, las religiones no son más que un invento del ser humano ante algo tan desconocido, cotidiano y banal como es la muerte; para intentar, de alguna forma, que nuestra triste vida adquiera el significado suficiente para que no se olvide de la memoria de gente que -en el mejor de los casos- no conocemos, y en el peor de ellos, les importa una mierda (espero que se pueda decir mierda en Internet) nuestra existencia, porque a este paso llegará un día en el que nuestra existencia no significará más que cotizar y hacer que los países que nos gobiernan avancen hacia un grado sumo de ignorancia y vejación -vaya como sucede hoy en día... que casualidad-, tanto cultural y como personal.

Aún así, y con todo el respeto hacia una persona que cuadruplica mi edad, alejarse de los problemas y mirar al pasado para resolver problemas del presente y -a este paso- del futuro, no es la solución; acercarse a quienes confían en el Vaticano, por el contrario -y para mi desgracia personal-, SI.

Porque, no nos engañemos, la ciencia ya ha dado alcance a la religión en muchos temas, y en los que aún no... démosle un poco de tiempo -total que son setenta o cien años más para una religión que lleva dos milenios campando a sus anchas por la conciencia del mundo-. Como placebo de esperanza, desde luego, la religión sirve... y mucho. Sin embargo, por mucha metáfora que le quieran dar a la Biblia ya no es un libro en el que buscar respuestas filosóficas, y mucho me rebajaría si hablara de la teología.

Pero la pregunta que deseo escuchar es simple. ¿A qué viene ese miedo por lo desconocido o, en su defecto, por lo nuevo? O quizás la pregunta que debería formular es, ¿por qué ese miedo a perder el control, al relevo generacional que debía haber llegado hace cientos de años? Incluso más simple, ¿por qué nos hacen esto?

críticas constructivas II

Quizás todas estas líneas no lleguen a muchas personas o sean borradas de la red -aunque lo dudo mucho-, claro que para eso bendita la libertad de prensa, o quizá no. Siendo tan pesimista como tiendo a ser, en el mejor de los casos pedirán que me disculpe o cualquier hipocresía por el estilo.

Claro que hablando de hipocresía que mejor que remitirse a una fuente fiable y, ya de paso, hacer lo que mejor nos ha enseñado la Iglesia -con sus sermones y sermones de austeridad y recogimiento espiritual, amen de la castidad que llevan tan a rajatabla-, que es predicar con el ejemplo… ¿verdad? Pues pongamos un ejemplo, y ahí es donde necesitaré la colaboración de nuestro país vecino, Francia, república democrática y tierra de libertades -digo todo esto sin ningún tipo de ironía ni sarcasmo, y con todo mi respeto hacia un país democrático-.

Bien, el último presidente de la República, el señor Nicolás Sarkozy, como todos sus predecesores, fue nombrado canónico honorario de la catedral de San Juan de Letrán, en este caso, por el Papa Benedicto XVI, hasta ahí todo correcto; pero a modo de cotilleo diré que Benedicto XVI está claramente en contra del divorcio, como dice en la mayoría de sermones, encíclicas o, simplemente, cada vez que abre la boca, y como todos sabemos -y los que no, ahora se enteraran- el señor Sarkozy está doblemente divorciado; y es aquí queridos amigos donde entra en juego la histórica hipocresía eclesiástica o falsedad religiosa -que suena como más tajante-, porque a un hombre que antepone a sus ideas un poder de cualquier tipo como se le permite ser la guía de millones de personas, en fin, el mundo esta lleno de hipócritas y mentirosos, pero cuando se es famoso y reconocido por ostentar un cargo social importante hay que saber elegir o, por lo menos, vigilarse las espaldas.

Alguien puede pensar que soy cruel, que no tengo sentimientos, que únicamente escribo sobre este tema para hurgar más en la herida y que también tengo que ver el lado bueno de la Iglesia católica, también llamado comunismo cristiano -quizás alguno ponga cara de sorpresa... pero ese es otro tema que trataré más adelante y con mas parsimonia-; pero ante una dictadura religiosa que ha durado cientos de años -concretamente más de dos milenios-, donde la opulencia, la espada, las torturas y, sobre todo, la hoguera ganaron la partida a la libertad de expresión.

Llegados a este punto me tomaré la deferencia y espero me permitan diferenciar de teólogos, curas, canónigos -sí, lo he dicho mal- y todo tipo de representantes de una Iglesia que generación tras generación gana en tradicionalismo y radicalismo derechista. Con un marco de esta magnitud e incomparable belleza alguien como yo no puede sino levantarse y preguntar, ¿quién se alía con el primero que le ofrece proteger sus intereses?, porque recordemos que los intereses de la Iglesia iban y van en contraposición a lo que ellos mismos predican, anteponiendo una vez más el poder y el dinero a la gente que confía en ser recordada para siempre gracias a la fe -per saecula saeculorum-.

Yo me desperté a tiempo en un mundo de corrupción y nihilismo, sólo espero que mi gente, aquellos que me rodean y me importan abran los ojos tan pronto como su mente se lo permita, incluso tú mismo que estás leyendo esto ahora mismo, y os deis cuenta de aquello que para mí es transparente. Que nuestra vida gira en torno a un engaño. Pero todos juntos podremos levantar los cimientos que debían estar levantados hace décadas -generación de inconformistas-, la religión terminó y el laicismo es cosa del pasado, despejemos nuestros pensamientos y completemos la pieza del rompecabezas que falta y el resultado se verá antes de lo que esperamos.

Critíquenme, espero que lo hagan, es más, deseo que lo hagan. Esa es la razón de que lo haya escrito, para hacer pensar. No me creo ni un profeta ni un salvador -ese puesto ya ha sido ocupado demasiadas veces-, únicamente expreso una opinión. Espero levantarme mañana y leer varios comentarios de personas que hablan sobre estas mismas líneas dando su opinión y que la gente vea como un simple chico de dieciocho años es capaz de escribir algo tan brutalmente honesto. Júzguenme, me da lo mismo.

Atentamente, Mateo Azorín.